Expertas reunidas en un foro de la organización Aralma reclamaron al Congreso de Argentina una ley específica contra la violencia sexual en la infancia, con el objetivo de garantizar a las víctimas protección legal y acceso a la justicia, en un país donde no hay un registro real de este delito.
“Necesitamos una ley específica que tipifique las violencias contra las infancias. Con esto no vamos a resolver el abuso sexual infantil, pero el sentido simbólico de la ley es muy importante porque hace mella en la sensibilidad y el entendimiento de los y las profesionales de la justicia, que es donde tenemos un retraso tremendo”, afirmó la socióloga e investigadora Dora Barrancos.
La petición se hizo y se aplaudió durante un foro virtual organizado esta semana en Buenos Aires por Aralma, una ONG dedicada a la asistencia, investigación y capacitación en infancia, adolescencia y familias, donde se consideró clave la capacitación en el sector judicial y recabar datos que reflejen la incidencia real de esta violencia.
Según datos del Ministerio de Justicia argentino, entre 2017 y 2020, se registraron 14.424 casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes, pero Barrancos denunció que no existen estadísticas actualizadas y que hay un subregistro.
La también socióloga e historiadora afirmó que “está de moda que las extremas derechas en el mundo aniquilen la violencia específica referida a las niñeces”, al criticar los discursos que describen al hogar y la familia como espacios sagrados e intocables.
“La sobrevaloración del hogar, que está en manos de las voces reaccionarias, tiende a negar que en su seno es donde ocurren las mayores tragedias a las infancias”, continuó.
Violencia sexual, el crimen más impune y silenciado
En el mismo foro, el psicólogo especializado en violencia de género Matías Rovira destacó la impunidad y las barreras que enfrentan las víctimas: “Para los supervivientes de la violencia sexual la justicia no es gratuita, no es un derecho y no siempre llega”, sentenció.
«La violencia sexual es el crimen más impune y más silenciado de la historia de la humanidad”, según Rovira.
También, incidió en que «de cada mil abusos sexuales en la infancia, se denuncian cien, y de las cien denuncias, se consigue una sentencia”.
Agregó que las víctimas sufren la “imposición del silenciamiento obligatorio” a través de la culpa, la vergüenza y el estigma que enfrentan en la sociedad.