“Queremos poner a repensar la gobernanza del sistema eléctrico nacional. Hasta el momento, nuestro sistema está totalmente estatizado. Las tres etapas: generación, transmisión y distribución están todas en manos de Corpoelec”, explicó Jesús de Armas, presidente de Monitor Ciudad, al presentar el estudio.
El dirigente aseguró que su propuesta implica que se “rompa con el monopolio estatal”. Así, se abriría la participación al capital privado que genere competencia e inversión y permita, en definitiva, la estabilización del servicio eléctrico.
En defensa de la privatización
Armas defendió la apertura del mercado eléctrico venezolano, pero insistió en que debe ser un proceso llevado a cabo “con transparencia” y bajo los límites que marca el estado de derecho y la democracia. Estos parámetros, consideró, se deben alcanzar, antes de emprender cambios en esta área.
Esas son las condiciones fundamentales para que una privatización no sea una cosa a espalda de los venezolanos y se haga solo para fortalecer a algunas élites cercanas al poder, sino que se tiene que abrir la industria eléctrica con los venezolanos como foco”, dijo.
El activista aseguró que una recuperación completa del sistema eléctrico requeriría al menos cinco años y la inversión de unos 20 mil millones de dólares, cantidad que, reconoció, no tiene el Estado, pero que se puede obtener a través de capital privado nacional e internacional.
En la propuesta se plantea que es necesario apuntar a “un mix”. Es decir, avanzar en un plan que incluya el capital del Estado, el de la empresa local y el de inversionistas internacionales. Esta participación abierta convertiría en un negocio rentable el servicio de electricidad de Venezuela.
