De acuerdo a la información aportada a los reporteros por familiares de fallecidos en las manifestaciones que se desencadenaron en San Jacinto en horas de la tarde de este lunes 29 de julio en la zona este de la ciudad de Maracay, se confirma que el número de víctimas se eleva a cinco y entre ellas un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana.
Además, se indicó extraoficialmente que al menos cuarenta ciudadanos resultaron heridos, quienes fueron trasladados en vehículos particulares y oficiales al HCM y al Seguro Social de San José. Muchos de ellos fueron dados de alta.
Se resalta que desde tempranas horas de la mañana de este martes, los dolientes, sumidos en un gran dolor y llanto, se apostaron en las afueras de la Delegación Municipal Maracay, en donde funciona el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses en Caña de Azúcar, esperando ser atendidos por las autoridades policiales para retirar los cuerpos y darles cristiana sepultura.
Salió a defender su voto
Según sus afirmaciones ante los periodistas, sus seres queridos fallecidos por el paso de los proyectiles quedaron identificados como Rancés Daniel Yzarra Bolívar, de 30 años de edad, quien tenía dualidad residencial en Guasimal del municipio Girardot o sino en José Félix Ribas, en Mario Briceño Iragorry.
Hace tres años, Yzarra egresó de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Unefa) con el título de ingeniero civil y actualmente se encontraba desempleado. El sueldo que le ofrecían en las empresas públicas y privadas era muy por debajo de lo que debería ganar un profesional universitario. No dejó hijos.
Aclararon que Rancés Yzarra no era ningún guarimbero o delincuente como lo quieren hacer ver algunos actores de la política nacional. Él salió a la calle a defender su voto de una manera pacífica, pues consideró que el Consejo Nacional Electoral incurrió en un presunto fraude.
Por defender su derecho como ciudadano, principio expresado en la constitución de Venezuela, unos desconocidos lo hirieron de muerte. Aunque lo trasladaron al Hospital Central de Maracay, el ingeniero dejó de existir poco después, señalaron.
Los afectados pidieron que la muerte del profesional universitario y la del resto de los fallecidos no vaya a quedar impune. Consideran que se cometió una masacre contra un pueblo desarmado que reclama sus derechos civiles y políticos.
No se registró en el CNE
Otra de las víctimas fatales fue identificada como Jesús Gregorio Tovar Perdomo, de 21 años de edad, de oficio peluquero y domiciliada en el barrio Bolívar en la ciudad de Maracay.
El joven tenía su negocio en el Mercado Mayorista en la Intercomunal Turmero Maracay. El dejó de existir a las 7:30 de la noche del lunes en el servicio de Emergencia del Seguro Social de San José.
Los parientes informaron que a Tovar Perdomo le dispararon en una de las piernas y el proyectil le perforó una de las arterias, causándole desangramiento. Aunque lo trasladaron rápidamente, el joven murió cuando estaba siendo atendido por los médicos.
Señalaron que el muchacho no se registró ante el Consejo Nacional Electoral pues desconfiaba del organismo comicial y se trasladó a San Jacinto a acompañar a sus amigos que exigían una respuesta a sus derechos vulnerados durante los escrutinios.
Trabajador del sector público
Asimismo los parientes identificaron a su ser querido como Jesús Ramos Medina Perdomo, de 56 años de edad, quien residía en Santa Rosa en la ciudad de Maracay, padre de familia y además trabajaba para el sector salud.
Manifestaron que Medina Perdomo ejerció su derecho el domingo pasado y luego de los resultados electorales, sintió que le despojaron su voto. Por ese motivo salió a protestar pacíficamente como lo señala la constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Agregaron que Medina Perdomo recibió un disparo a la altura del cuello, y aunque lo trasladaron al centro asistencial, dejó de existir producto del desangramiento.
Era un militar
También se indicó que un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana, adscrito al Destacamento de Seguridad Urbana del estado Aragua, falleció tras recibir un tiro a nivel del cuello.
Sus compañeros de armas lo trasladaron con la urgencia del caso hasta el Hospital Militar de Maracay, coronel Elbano Paredes Vivas. Sin embargo, poco después fue declarado muerto.
Se llamaba José Antonio Torrents Blanca y ostentaba el rango de Sargento 1ro de la Guardia Nacional. Se precisó igualmente que el mayor general (GNB) Elio Ramón Estrada Paredes, comandante general de la Guardia Nacional Bolivariana, confirmó el fallecimiento del Sargento.
Se informó que Torrents Blanca se encontraba en la zona de San Jacinto, junto a otros militares, tratando de disuadir la manifestación y de pronto se produjo un tiroteo. Se sospecha en ese evento se infiltraron sujetos aun sin identificar para enturbiar la acción de calle.
Identificado a última hora
De igual manera, se informó que al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses en Caña de Azúcar, trasladaron el quinto cadáver procedente de San Jacinto.
Se indicó que este ciudadano murió en el centro de salud, y fue identificado como Anthony David Moya Mantía, de 20 años de edad, padre de tres hijos, quien residía en el sector Güerito del barrio Leo Corbo del municipio Mariño.
La información fue suministrada por su compañera sentimental, quien se mostró consternada ante los hechos. Mientras tanto, comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, adscritas a la Delegación Maracay, iniciaron las averiguaciones correspondientes para identificar y dar captura a los criminales.
Atendió a familias
Aunque no ofreció declaraciones a los medios de comunicación social de la región, el comisario Richard Figueredo, jefe de la Delegación Aragua, salió al encuentro de los familiares de los fallecidos en las afueras de la Delegación Municipal Maracay.
Les habría indicado a los visitantes que pasarían uno por cada difunto a la Morgue a retirar el cadáver para su cristiana sepultura. La medida se debía para evitar el congestionamiento, pues temían la presencia de mucha gente en ese recinto.
Tampoco hubo el ingreso del público en general y representantes de los medios de comunicación a la sede de Senamecf Aragua. La situación en las inmediaciones del Cicpc estuvo calmada durante toda la mañana y parte de la tarde.
LUIS ANTONIO QUINTERO | elsiglo
