Díaz se convirtió en el abridor número 11 que usa Arizona en lo que va de campaña, debido a las múltiples lesiones que han afectado su rotación. El lunes por la noche, cubrió el turno del veterano Jordan Montgomery, quien se lastimó la rodilla derecha hace una semana.
«Me siento feliz, muy feliz. Mi mamá y mi papá estaban cerca, cuando les di
la noticia (vía telefónica). Fue impresionante. Siempre dije: ‘Tengo que
superarme. Ser alguien en la vida’. Por eso trabajaba todos los días y le pedía
a Dios para que se me cumpliera uno de mis sueños…», dijo Díaz en un emotivo
video, mientras llegaba al estadio, que apareció en las redes sociales de los
desérticos. «Tengo que aprovechar el momento. Quiero disfrutar mi momento hoy
en el Chase Field… Impresionante que sea con el equipo que me dio la
oportunidad».
Díaz, de 23 años de edad, no desperdició la ocasión, como nunca lo ha hecho,
pese a su poca experiencia. Transitó seis dominantes entradas contra los Bravos
de Atlanta y el único daño que encajó fue un cuadrangular del tercera base
Austin Riley, un estacazo solitario en el primer inning que viajó 430 pies por
el jardín central.
Los otros tres imparables que recibió fueron sencillos y otorgó un boleto,
mientras que abanicó a cinco, gracias a una recta que tocó las 98 millas por
hora y que comandó con efectivos pitcheos rompientes.
Díaz entregó el partido al bullpen de Arizona en el séptimo, con ventaja de
3-1, pero en el noveno, el irreconocible cerrador Paul Sewald volvió a fallar
(tercer blown save), permitió dos anotaciones y el encuentro eventualmente lo
ganó Atlanta 5-4 en 11 capítulos.
El venezolano necesitó 83 envíos para cubrir su actuación, 53 de ellos en
strike.
«Tuvimos a algunas de nuestras personas clave observándolo, concentrándose en
él, desde la oficina, y quedaron realmente impresionados con lo que vieron»,
había dicho el mánager Torey Lovullo, sobre el novato que, tras no conseguir
ser firmado en su adolescencia, decidió renunciar a una carrera profesional.
«Dejé de jugar beisbol por un tiempo», admitió Díaz, a través del traductor
Rolando Valles, de acuerdo con el reporte de MLB.com. «Luego lo retomé y una
vez que lo logré, tenía una meta y no iba a parar hasta lograrla. Trabajé muy
duro para conseguirlo y siempre tuve la esperanza de que sucedería».
Los D-backs finalmente lo firmaron el 5 de febrero de 2021 y comenzó su veloz
ascenso a través de su sistema. Debutó como relevista en el circuito veraniego
de República Dominicana para novatos de primer y segundo año (19 de sus 20
juegos fueron como taponero). En 2022, comenzó en Clase A- (11 partidos, nueve
inicios) y luego recibió una promoción a Clase A+ (ocho aperturas). En 2023,
abrió en Clase A+ (22 aperturas) y termino Doble A (tres inicios).
Previo a su llegada a las Mayores, se combinaba para una efectividad de 4.03 en
76 innings, entre Doble A (Amarillo) y Triple A. En tanto que se había ganado
el premio de Lanzador de la Semana (1°-7 de julio) en la Liga de la Costa del
Pacífico.
En principio, Díaz iba a ser bajado de vuelta al Reno, después de su estreno.
Pero una vez más mostró lo suficiente para volver al montículo cuando le vuelva
a llegar el turno en la rotación, según Lovullo.
«Yilber, en su primera aparición en las Grandes Ligas, se tomó todo con calma y
tuvo una gran preparación previa al juego. Todo le pareció normal», destacó
Lovullo después del desafío. «Y luego salió y ejecutó a un nivel muy alto y
lanzó seis entradas de calidad contra un muy buen equipo ofensivo».
En algún momento, los evaluadores de la organización lo vieron como un futuro
relevista, pero los directivos del equipo creen que su control ha mejorado
hasta el punto de ganarse la posibilidad de abrir.
Aunque nada es casualidad. Díaz lo consiguió a pulso, remando contracorriente.
«Sigan trabajando muchachos, no le bajen. Es muy importante trabajar y arrodillársele
a Dios cada vez, para estar aquí donde yo estoy», pregonó.
Su historia
Yilber Díaz, nació el 19 de agosto del 2000 en Guatire, estado Miranda, el
joven emigró junto con su familia debido a la grave crisis económica en
Venezuela, y a sus 18 años se dedicaba a vender helados en Perú.
Sin embargo, Yilber no dejó de entrenar y trabajó con el Team Carrillo, un
programa de desarrollo de béisbol que se encuentra en Perú, para alcanzar sus
sueños
A los 20 años firmó un contrato con Arizona, lo que para muchos se considera
una firma tardía, se encargó de demostrar que el talento siempre estuvo en él.
«Tenía que ser alguien en la vida. Por eso trabajaba y le pedía todos los días
a Dios para que me cumpliera uno de mis sueños, que era este», comentó Yilber
antes de su debut.
Su bono por sellar su contrato fue de tan solo 10.000 dólares, una cantidad
relativamente baja en el mundo del béisbol profesional en Estados Unidos.
Sus actuaciones en el sistema de ligas menores de los DBacks lo posicionaron
como el prospecto 16 de la franquicia, y su oportunidad llegó este lunes.
Se convirtió en apenas el cuarto criollo que completa al menos seis entradas,
abanica a cinco o más rivales y no permite más de una carrera en su debut,
sumándose a Carlos Enrique Hernández, José Álvarez y Eduardo Rodríguez.