La estampa de la típica película navideña, con sus luces brillantes y mesas abundantes, choca con la realidad de miles de familias que se ven forzadas a recurrir a los bancos de alimentos por Navidad para soportar la asfixiante inflación que azota EE.UU., y que afecta con especial virulencia a la comunidad latina.
Apenas son las tres de la mañana y Joe Nino, un señor retirado y de avanzada edad, ya está en la fila de MEND (Meet Each Need with Dignity), un centro de recursos contra la pobreza ubicado en el barrio de Pacoima, en Los Ángeles (California), para ser uno de los primeros en llenar su canasta de la compra que reparten dos veces por semana.
"La situación económica es muy baja. Llevo comida para mi sustento en casa y familias que no tienen una buena situación económica", indicó el hombre.
Nino espera por horas en una cola que cada vez se va haciendo más larga y que ha llegado en ocasiones a atender a 600 personas en un mismo día para dar sustento a personas en situación de vulnerabilidad en el estado de California, una situación que se agrava todavía más en época festiva.
Apenas son las tres de la mañana y Joe Nino, un señor retirado y de avanzada edad, ya está en la fila de MEND (Meet Each Need with Dignity), un centro de recursos contra la pobreza ubicado en el barrio de Pacoima, en Los Ángeles (California), para ser uno de los primeros en llenar su canasta de la compra que reparten dos veces por semana.
"La situación económica es muy baja. Llevo comida para mi sustento en casa y familias que no tienen una buena situación económica", indicó el hombre.
Nino espera por horas en una cola que cada vez se va haciendo más larga y que ha llegado en ocasiones a atender a 600 personas en un mismo día para dar sustento a personas en situación de vulnerabilidad en el estado de California, una situación que se agrava todavía más en época festiva.
