El mercado de metales preciosos atraviesa uno de sus momentos más dinámicos en más de cuatro décadas. El oro y la plata alcanzaron máximos históricos, impulsados por la incertidumbre geopolítica y las expectativas de recortes de tasas de interés en Estados Unidos. A ello se suma una demanda estructural cada vez más amplia, que incluye bancos centrales, fondos cotizados y nuevos actores financieros.
En lo que va del año, el oro acumula una revalorización cercana al 70%. Se trata de un desempeño excepcional que lo encamina a cerrar su mejor ejercicio anual desde 1979. La plata, por su parte, ha seguido una trayectoria similar. Este avance refuerza su doble papel como activo refugio e insumo industrial clave.
En lo que va del año, el oro acumula una revalorización cercana al 70%. Se trata de un desempeño excepcional que lo encamina a cerrar su mejor ejercicio anual desde 1979. La plata, por su parte, ha seguido una trayectoria similar. Este avance refuerza su doble papel como activo refugio e insumo industrial clave.
Tensiones geopolíticas refuerzan el atractivo del oro y la plata
El contexto internacional ha sido un catalizador decisivo para el repunte de los precios. El endurecimiento del bloqueo petrolero de Estados Unidos contra Venezuela ha elevado la tensión regional. A ello se suman nuevos episodios del conflicto entre Ucrania y Rusia. También pesan las fricciones crecientes entre China y Japón. En conjunto, estos factores han incrementado la aversión al riesgo en los mercados financieros.
En este escenario, el oro y la plata vuelven a posicionarse como activos refugio por excelencia. Se trata de una característica histórica que se reactiva cuando aumentan las tensiones políticas o militares. Analistas del sector coinciden en que estos riesgos no son coyunturales. Por el contrario, forman parte de un entorno global más fragmentado, lo que mantiene elevada la demanda de cobertura.
El contexto internacional ha sido un catalizador decisivo para el repunte de los precios. El endurecimiento del bloqueo petrolero de Estados Unidos contra Venezuela ha elevado la tensión regional. A ello se suman nuevos episodios del conflicto entre Ucrania y Rusia. También pesan las fricciones crecientes entre China y Japón. En conjunto, estos factores han incrementado la aversión al riesgo en los mercados financieros.
En este escenario, el oro y la plata vuelven a posicionarse como activos refugio por excelencia. Se trata de una característica histórica que se reactiva cuando aumentan las tensiones políticas o militares. Analistas del sector coinciden en que estos riesgos no son coyunturales. Por el contrario, forman parte de un entorno global más fragmentado, lo que mantiene elevada la demanda de cobertura.
